jueves, 24 de octubre de 2013

¿ESTAMOS ADAPTADOS? Viajar en Metro Barcelona: "el momento 6"

Las intervenciones y mejoras de la red de metro de Barcelona durante los últimos años han sido positivas en cuanto a la adaptación de las estaciones en la movilidad reducida.  En este sentido,  se dispone a fecha de hoy del 80% de la red de metro adaptada con ascensores de acceso hasta el andén.

De este modo se facilita el acceso a todas aquellas personas con dificultad para desplazarse mediante escaleras entre los diferentes desniveles existentes en la infraestructura – normalmente dos: el primero desde el nivel de calle hasta el vestíbulo, y el segundo desde el vestíbulo hasta el nivel de andén. Hay que comentar que, según la complejidad de la estación, podrían ser más de dos tramos en ascensor para lograr comunicar ambos niveles –.

Hasta aquí todo funciona bien. Es fantástico procurar que toda la ciudadanía disponga de las mismas posibilidades para desplazarse en transporte público. Sólo queda esperar que los ascensores funcionen y se encuentren operativos... pero, ¿qué ocurre con el resto de viajeros que deberían hacer uso de las escaleras o de las escaleras mecánicas? 

A continuación se plantea brevemente una situación que seguramente muchos de los lectores han experimentado numerosas veces cuando han viajado en metro.

Momento 1: en el interior del tren, anuncio de próxima estación y respectiva posición estratégica de los participantes a la prueba deportiva que está a punto de dar comienzo.

Momento 2: frenada total del tren, apertura de puertas y gran esfuerzo físico e increíble capacidad de reacción para conseguir 0,1 milésimas de segundo de ventaja sobre los demás participantes.

Momento 3: sorprendentes movimientos aerodinámicos entre obstáculos para lograr aventajarse en la carrera (entiendan estos obstáculos otras personas que esperan en el andén para subir al tren que acaba de llegar).

Momento 4: una reñida competición entre unos 15 participantes que se dirigen simultáneamente, a gran velocidad, y con gestos realmente desafiadores hacia la tan ansiada meta: el ascensor.

Momento 5: gran llegada a la meta y consagración del éxito en asegurarse un lugar en el siguiente viaje en ascensor hacia nivel de calle, nivel de otro andén (transbordos) o hacia el nivel de vestíbulo. 

Momento 6: es el más preocupante de todos los momentos. Las miradas perdidas hacia el infinito con ademán y posición corporal de espera, distracción visual intencionada hacia dispositivos móviles e incluso un simple y descarado desentendimiento de cualquier otra necesidad que pueda requerir el uso de ese ascensor.

¿Cuál es el resultado? Más vale una imagen que mil palabras. A continuación puede observar el lector cuan concentrados están los participantes en el anteriormente descrito momento 6. 

La siguiente fotografía ha sido realizada el día 24 de Octubre de 2013 en el transbordo entre L5 y L9/L10 en la estación de La Sagrera.

Utilización incorrecta de los ascensores en el Metro de Barcelona. Estación La Sagrera L9/L10. (Los rostros de las personas en la imagen han sido debidamente ocultados por motivos de privacidad)
Sin embargo, dichos participantes no observaron dos pequeños grandes detalles. 

El primero de ellos es que hay alguien, una persona que se encuentra en la parte izquierda de la fotografía, que probablemente deberá resignarse a esperar dos minutos más al siguiente viaje en ascensor. Será cuando éste vuelva  de vacío al haber trasladado a todos los ocupantes que ansían y desean llegar velozmente a la siguiente de sus metas.

El segundo de los detalles son unos carteles indicativos en color rojo a las puertas de los ascensores donde se advierte de Uso preferente, suban o bajen por las escaleras mecánicas.

La mayoría de la red de metro de Barcelona está adaptada a los trayectos con movilidad reducida. Nosotros como viajeros, ¿lo estamos?.